terça-feira, 15 de dezembro de 2009

La pésima organización sume en el caos la cumbre de Copenhague


La cumbre del clima de Copenhague es un caos, dentro de la sala de negociaciones pero también fuera. Ayer, miles de personas de asociaciones, empresas, sindicatos y oenegés no pudieron entrar en el Bella Center –el palacio de Congresos que acoge las conferencias– porque alcanzó su aforo a las primeras de cambio. Entre los que no pudieron acceder a las sesiones a causa del colapso estuvieron el vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira, y otros representantes de la delegación catalana en Copenhague. Los representantes de la Generalitat son una docena de miembros, pero solo tres (el presidente José Montilla, que llega hoy a la capital danesa, el conseller Francesc Baltasar y Frederic Ximeno, director general de Polítiques Ambientals) forman parte de la delegación oficial española. El resto acuden dentro de la Red de Gobiernos Locales. Por eso tienen más dificultades. «Es impropio de un país moderno», dijo Carod del caos.
Los presentes soportaron en fila india una temperatura de cero grados, pero lo peor de todo es que mucho supieron que no podrían entrar tras cuatro horas de espera.
En el Bella Center caben 15.000 personas, aunque para la cumbre se ha aumentado el aforo hasta 20.000. El problema es que, previendo que no todos los asistentes acudirían de forma simultánea, se aceptó la inscripción de 45.000
«Si se mantienen en la cola, en tres horas es posible que puedan entrar», exclamaba la megafonía del Bella Center. Se dirigía a los primeros de la fila, todos ellos llegados cuatro horas antes. «Ustedes tienen seis horas de espera», decía a los que estaban en la parte trasera.
El Periódico de Catalunya